Se educaron leyendo, y no escuchando al púlpito partidario de su esclavitud. Cambiaron el negro de sus prendas, por el color de una poesía libre de roles, de cadenas. Caminaron con la voz sevillana de Soria, haciendo camino al andar. Descubrieron las piedras y las malas hierbas, también eligieron los caminos cortos de una vida sin reflexión.
Pero en algún momento tuvieron que desviarse, pues ahora se abren paso mordiendo las ramas y arrojando las piedras, que se clavan, en sus pies, ya secos y firmes.
Pronto les llegará el susurro, de aquel poeta, que cantaba, “caminante, no hay camino, sino estelas en la mar”.
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Acerca de Pedro López
Nací por el azar del desenfreno, como casi todos. Fui a crecer en el genuino barrio de Carabanchel, donde la noche se extiende al día y el ruido de pasos acelerados y las palmas no cesa. Debe ser por las palmas por lo que tengo los pies inquietos y es el sonido del caminar de las personas lo que me lleva dormir poco y pensar mucho. Me atraen las mentes sexis, esas que tienen las piernas largas y no cesan en su caminar, por lo que decidí estudiar Recursos Humanos, aunque cuatro años no me valieron para desaprender que lo humano no puede ser un recurso sino una prioridad. Así que me vi obligado a desempolvar la curiosidad para desobedecer a la rutina insípida. Ahora busco palabras en las experiencias esperando que desordenen mi cabeza.